Los niños, niñas y adolescentes enfrentan peligros al estar expuestos de manera constante y prolongada, a estrategias publicitarias orientadas al consumo de productos llenos de “calorías vacías”, lo que se conoce como marketing de alimentos ultraprocesados.
Así lo explicaron expertos en salud pública, medicina y nutrición, reunidos en la mesa redonda de la VIII Jornada de Promoción de la Lactancia Materna, como la Dra. Nydia Amador, de la Asociación Costa Rica Saludable.
El marketing de alimentos ultraprocesados tiene un impacto directo y por lo general, altamente perjudicial para la salud de las personas menores de edad y adolescentes. En una revisión científica que hizo, se encontró que la publicidad de alimentos aumentó 60 kilocalorías de ingesta energética en niños, niñas y adolescentes, tras una exposición de 4,4 minutos en televisión.
De acuerdo con la experta, esta población presenta una condición de sobrepeso, y está expuesta a contenido publicitario de alimentos con bajo aporte nutricional, lo que hace que sean muchísimo más susceptibles a incrementar la ingesta de dichos productos.
Incluso, pueden llegar a consumir hasta 45,6 kilocalorías más que aquellos con peso normal, tras ver una misma publicidad.
Estrategias crean debilidad psíquica momentánea por medio de la distracción
Fabio da Silva Gómez, asesor regional en nutrición y actividad física para las Américas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), comentó que hay estrategias de marketing que crean una debilidad psíquica momentánea por medio de la distracción.
Si la mente está muy atenta a una cosa, se produce un estrechamiento en el campo de la conciencia y en el espíritu crítico necesario para elegir un producto o un alimento a la hora de comprar. Entonces, se vende algo como un juguete, por ejemplo, acompañado del alimento. Estos elementos de marketing generan cambios en la percepción y en la sensación de los niños hacia esos productos.
Agregó que desde la perspectiva comercial, esto es lógico y esperable, pues los productos ultraprocesados están creados para ser apetecibles e incentivar los niveles de venta aunque sean nutricionalmente deficientes.
Los menores de edad, por su parte, no tienen el aprendizaje social y cognitivo suficiente para discernir entre un alimento nutritivo y uno perjudicial, comentó la Dra. Amador.
Esa exposición constante, añadió, tiene un efecto a largo plazo en la salud de las personas jóvenes. Por ejemplo, casi un 31% de los adolescentes presentan importantes niveles de sobrepeso y obesidad; en cuanto al exceso de peso en escolares, es de alrededor del 34%.
Datos del Hospital Nacional de Niños, señalan que, este año 2024, hay 50 menores con diabetes tipo 2, una enfermedad que anteriormente se detectaba solo en adultos, y que indica que no hay alimentación adecuada y tampoco existe el hábito de ejercicio físico.
La lactancia como solución
Fortalecer la práctica de la lactancia materna es una de las soluciones a esta problemática. Así lo detalló la Dra. Lilliam Marín, especialista en lactancia materna del Instituto de Investigaciones en Salud Inisa – Universidad de Costa Rica (UCR):
La lactancia materna no solo es el mejor alimento para los bebés, sino que también tiene un efecto protector contra el sobrepeso y la obesidad. La leche materna está diseñada por la naturaleza para satisfacer las necesidades nutricionales exactas del niño, promoviendo un crecimiento adecuado sin excesos.
Estos expertos, aseguran que la leche materna tiene nutrientes esenciales capaces de hacer que los bebés desarrollen la capacidad de autorregulación en su consumo, lo que no ocurre con los productos ultraprocesados. Según la Dra. Marín:
Los bebés amamantados tienden a autorregular la ingesta, lo que reduce el riesgo de sobrealimentación. Esto es clave para prevenir problemas de sobrepeso en la infancia y más adelante en la vida.
La actividad fue organizada por el Proyecto de extensión docente ED-2842 Promoción de la lactancia materna y alimentación del niño y la niña menor de un año en la comunidad (Proyecto Prolamanco), del Inisa-UCR.
